miércoles, 5 de noviembre de 2008

Política: El Secreto de Barack Obama

A miles de kilómetros de distancia se escuchan los gritos y aplausos de júbilo por la victoria del bueno de Obama. La alegría recuerda la liberación de una dictadura y la independencia de la colonia. La figura del ganador es elogiada hasta llevarla al lugar del Mesías, con la que cristianos y judíos entenderán a lo que tales señales se refieren. Cierto es que en tiempos malos la alegría de todos algo bueno tiene que traer. En lo que va de este año 790 mil norteamericanos han perdido el trabajo, al menos 320 lo perderán antes de finalizar el 2008, los fondos de pensiones que alimentan a los jubilados han perdido casi un 40% de su valor y de lo poco que ha quedado se alimentaran las pensiones de los nuevos desempleados. Las perspectivas para los próximos años son aun peores, la industria de la construcción con un mercado inmobiliario con casi 8 millones de bienes con precios por debajo del valor de las hipotecas, poca demanda esperan y la automotriz con un 35% de reducción en las ventas del 2008 tendrá que indemnizar los nuevos despidos con autos de inventario. Este panorama es por todos conocidos y aun así la figura de un nuevo hombre en la Casa Blanca provoca una esperanza mesiánica.

Las promesas de Barack apuntan aparentemente a una política de mayor endeudamiento público, nada malo y nada nuevo. Recortará impuestos a los más pobres, a las empresas más pequeñas, entregará de igual forma moratorias y garantías a los mimados de Cristo por un valor de 50 mil millones de dólares. Por otro lado destina de forma inmediata 25 mil millones para la construcción y reparación de caminos, esto cumpliendo una vieja receta fiscal implementada en perros tiempos. Regulará todo lo que pueda en el mercado del capital y pondrá freno a la fuga de inversiones favorecidas por los tratados de libre comercio. Este plan es también por todos conocidos y aun así continúa el júbilo.

Los milagros que había hecho Jesús cerca de Galilea habían generado tras él una multitud incansable. Lo seguían por todas partes hasta llegar a una montaña cerca de Tiberiades. Al estar en la cima y ver a sus hambrientos seguidores le preguntó a Felipe, ¿Dónde podremos conseguir pan para que coman?, el pragmático discípulo le respondió que ni con un desembolso de doscientas monedas de plata alcanzaría para darle, ni un pedazo a cada uno. Andrés, otro amigo del Mesías dijo que un muchacho que andaba con ellos tenía cinco panes y dos pescados. Jesús los repartió entre los cinco mil seguidores y cuando quedaron satisfechos mando a recoger lo que había sobrado, con lo que se llenaron doce canastos de andar.

Este plan de Jesús resultó, pues la clave de ese desembolso movilizó manos y corazones de la multitud. Todos sacaron de lo que traían escondido para compartir, todos se levantaron borrando la cara de hambrientos desamparados para mostrar sus esperanzas. Jesús los convenció de sus talentos y del privilegio que se recibe entregando. Este mensaje es el que los negros desempleados, blancos desalojados, viejo abandonados y profesionales endeudados ponen en la boca de Barack Obama. El nuevo presidente subirá a la cima, entregará un par de panes y dejará las cosas donde deben estar, en las manos de todos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece mui lindo el blog..e interesante..
saludos... pasa por mi blog¿?
Muchas gracias=)
www.derechoydignidad.blogspot.com

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