lunes, 22 de septiembre de 2008

Economía: y para que una alcaldía?

Las medallas de oro de los juegos olímpicos valen más honor que peso. Las doradas medallas tienen apenas un baño de seis gramos del preciado metal. Al precio de US$702,00 la onza troy, resulta que una medalla de oro olímpica tiene un valor de apenas US$153,00. El joven Phelps no junto más de $US1,300.00. Ese cálculo se debería de hacer en cada alcaldía en disputa. A diferencia de los juegos olímpicos, donde todas las medallas tienen un baño de seis gramos, en las alcaldías se le dará mayor valor a las que gane el partido bicolor.

Que puede hacer un alcalde sin recursos financieros. Eso depende de su creatividad. Pocos recursos pueden esperar los alcaldes liberales, pues la partida de transferencias del gobierno central, se realiza al final de una gran cantidad de trámites. Se le pueden adelantar o estancar en el camino, eso depende de quien controle el Ministerio de Hacienda, de donde parten tales fondos. Berrinches no son de utilidad para la ejecución pronta de proyectos de inversión. Que puede hacer un alcalde que no puede otorgar permisos de construcción. Poco, eso depende de su capacidad de tranquilizar a los inversionistas, contratistas y obreros que por no obtener el aval del Marena (entre otros) no pueden tener el permiso de la alcaldía para construir. Los trámites para mover cualquier dedo están entrelazados. Todo requiere un papelito del gobierno central, sin tales firmas y sellos se puede prácticamente paralizar a un municipio. Este constituye el fracaso mayor de los procesos descentralizadores que se concentraron en modelos administrativos generales y paralelos y no incursionaron en ejes de administración directa. Proyectos de agua potable y electrificación son ejemplos tan positivos como escasos.

Las interferencias al poder municipal no son la única forma de paralizar un territorio. Un gobierno local sin recursos y sin capacidad de promover las inversiones ve como aun se puede empeorar la situación, cuando ni siquiera se pueden vender las propiedades. Esta invasión de poder lamentan los registradores de la propiedad y recientemente hasta uno de los más celebres magistrados de la Corte Suprema. El que compra una propiedad la quiere registrada a su nombre. El al bate gobierno implemento desde sus primeros días una costumbre un poco extraña. Tienen que tener los registradores del poder judicial una carta del procurador general para poder inscribir cualquier bien inmueble. El como logran establecer esta costumbre desde el poder ejecutivo es simpáticamente sencillo. El Ministerio de Hacienda no emite ninguno de los requisitos que requiere el registrador sin la carta de procurador Estraba. Por la carta aseguran inversionistas privados se solicitan varios miles de dólares a partir del valor de la misma. Tales acusaciones carecen de fundamento pues todos somos inocentes hasta no se demuestre lo agrario.

Paralizar a una Alcaldía desde esta forma de gobernar es muy sencillo. Los inversionistas deberían por tanto esperar los resultados y orientar sus recursos a los territorios con menos diferencias partidarias. Al mismo tiempo es recomendable medir los riesgos de las coincidencias.  

1 comentario:

tumbli dijo...

y por si alguna migaja lograra conseguir algún alcalde no oficialista... talvez mediante un hermanamiento... ahí están las Tropas Pablo Ubeda... para evitar provocaciones

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