jueves, 25 de septiembre de 2008

Política: Si no es Alexis, ni es Daniel?

La estabilidad política y económica es uno de los grandes aportes del nuevo gobierno de unidad nacional. El actual FSLN con lo poco que lleva al mando del gobierno ha demostrado con una armonía casi inédita manejar las riendas en todos los ámbitos nacionales. La estabilidad es una cualidad que permite tener parámetros de largo plazo, sin esperar alteraciones del modelo como tal. Estaremos libres de disturbios populares espontáneos y de cambios sorpresivos de poder, sean por vía electoral o por golpes de estado. Lo único que deja lugar para incertidumbres es el saber quien está detrás de tanto poder. 

En Nicaragua no esperamos disturbios populares, pues las cruzadas y campañas del Pueblo Presidente se encargan de ir repartiendo a quien lo necesita y está dispuesto a demostrar agradecimiento. Se construyen nuevos sueños basados en acciones inmediatas. Estas manifestaciones populistas aumentan en relativa cercanía a las campañas electorales, por lo que se deberían necesariamente de acortar los periodos de mandato. Esta es una de las modificaciones del modelo que lamentable no podemos esperar. 

Tampoco nos amenaza un cambio real de poder. Los suizos se jactan de tener coaliciones partidarias por décadas, eso les ha permitido avanzar en medio de una Europa adversa a muchos de sus privilegios. Esa sólida coalición, aquí despectivamente llamada El Pacto, está garantizada por varias generaciones. Los votos que no tenga un partido los obtendrá el otro. Las negociaciones post electorales entre los líderes “sandino libelares” nos brindarán solo detalles del como manejarán las cosas. 

En este sentido es el FSLN quien ha dado lecciones de integración y unidad. Los que recuerdan a Monseñor Obando como opositor de los "sandino comunistas" no entienden la conversión que lo ha llevado a ser el párroco de la familia Ortega Murillo y administrador de fondos estatales. Quien tiene en su memoria a doña Miriam Arguello, en la casa del PC cerca del Ceibón, donde se apostaban los agentes de la Seguridad del Estado a vigilar sus movimientos, no comprende su docilidad actual. Y donde está ahora Wálmaro Gutiérrez, quien en los 80 se escondía de los sandinistas, pues no quería integrar el Batallón de Reserva formado en la Inmaculada en Diriamba. El Frente de Daniel ha integrado al país, a sus líderes y a sus partidos en un solo bloque.

La paz en todos los sentidos reina en la república. Las sospechas para algunos y esperanzas para otros, que el Ejercito Nacional con su mil veces cantada Obediencia a la Constitución reaccione en defensa de la Institucionalidad se vieron disipadas con las declaraciones violentas hace pocas semanas de su jefe el señor Halleslevens. Tiene el tono del máximo líder y defiende sus intereses.

Conocido es el sistema, sus formas de adherir enemigos, pactar con adversarios y conquistar instituciones poderosas. La incertidumbre sobre la identidad y naturaleza de los artífices del modelo prevalece como amenaza a esta estabilidad. La fuerza del poder depende de quien lo tiene. Puede que esta última frase tenga de tonta solo su apariencia.

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