Economía: El físico contra el colador

Si el médico especialista, de quien espera en cama de un hospital, cierra la puerta, deja sobre la mesa de noche sus lentes, sus múltiples instrumentos de análisis y se pone a rezar en vos baja, lo ha dicho todo. Desde hace una década proclaman los maestros del Banco Central Europeo lo que llevó al Banco Central Alemán a tener una de las economías más sanas del planeta. Esa sería la línea guía de los Europeos, pero solo un día después de las declaraciones de Strauss-Kahn tira Jean-Claude Trichet (meditando en la foto), el más sobrio de los opositores de políticas aventureras en materia monetaria, todos sus teoremas por la ventana. La decisión de bajar en conjunto la tasa de interés fui emulada por Canadá, Gran Bretaña y por si faltaba alguien, la República Popular China. 

Esta medida que pone en claro riesgo la estabilidad monetaria tiene defectos conocidos por todos y si aún se ha tomado es porque no hay más que, rezar en silencio. Antes de finalizar esta semana expondrá la Reserva Federal una serie de medidas innovadoras de su política monetria. El rumor de que se trata fundamentalmente de créditos fáciles, como los que adquirió General Motor y su pandilla ayer por la tarde, nos puede hacer recordar dos cosas. Sea a los inmigrantes del sueño americano que adquirieron mansiones ahora cubiertas por rótulos de "sale" tratando de decir "salió" sin rumbo. O bien a las preocupaciones expuestas por Martin Winterkorn, el presidente de Volkswagen. Este último advierte de las desventajas que tendría la industria europea si los americanos llenan las bolsas de sus competidores en un momento tan delicado como este. Esa es una de las razones por las que este agresivo físico alemán acumula liquidez desde hace varios meses y ha estado dispuesto a cerrar plantas completas si es necesario, eso lo saben los amigos de Seat. Winterkorn busca como financiar la producción masiva de autos híbridos, ya tiene la tecnología que han desarrollado sus colegas de ZF Sachs. A él, como muchos de nosotros no le faltan las ideas, sino los billullos. Si esta sacada de plata se orienta más a lo real que a llenar el colador de los bancos, en menos de 20 años salimos de este apuro.