Política: Doscientos azotes por la democracia

"Justicia, señor gobernador, justicia y si no la hallo en la tierra, la iré a buscar al cielo". Esto le gritaba a Sancho Panza, gobernador de la ínsula, una mujer robusta acompañada de su supuesto violador. Agregaba que "este mal hombre me ha cogido en la mitad de este campo y se ha aprovechado de mi como si fuera trapo mal lavado". El rico ganadero alegaba contra tal querella, que por voluntad propia de la buena dueña de lo suyo, habían estado como hombre y mujer y que él además había pagado lo suficiente por aquel placer. Sancho pidió al ganadero que le entregara a la mujer sin hablar más lo que en el seno traía, un saco de veinte ducados de plata. Tembloroso entregó el acusado el saco de monedas a la mujer quien abandonó el juzgado contando hasta la última de las monedas. El gobernador ordenó al hombre ir tras la mujer, quitarle la bolsa y regresar con ella. Momentos después regresó la mujer con el hombre golpeado y empolvado agarrado del cuello y con el saco de monedas protegidas en el pecho. La dueña de lo suyo gritaba nuevamente "Justicia de Dios y del Mundo" y comenzó a acusar de ladrón al ganadero. Sancho Panza pidió a la mujer regresar la bolsa al acusado y correr para no dejarse acercar ni a seis leguas a la redonda so pena de recibir por mentirosa y desvergonzada los merecidos doscientos azotes del caso. 

Las mejores cartas de la contienda electoral municipal parecen estar en manos de la dictadura Ortega Murillo. De las 9 direcciones centrales del Consejo Supremo Electoral 5 son dominadas por los Ortega, 3 por el Magistrado Obando Rivas y la restante en manos del PLC, la de cedulación, sede paulatinamente funciones. El llamado FSLN controla 12 delegaciones departamentales y ha acuñado en todas las mesas a sus adeptos del ficticio ALN por haber sido la segunda fuerza en las elecciones anteriores. Este mismo partido controla la policía electoral con miembros de los CPC y financia con todos los fierros a sus candidatos. Justicia, justicia, podrán gritar el bueno del doctor Alemán y sus correligionarios y poner querella a los pies del pueblo para que este se apiade de tal tragedia. 

Sin negar las violaciones en este proceso electoral se deberá de tener cautela para encontrar a sus violadores,  pues no sea que más de uno aparezca con las manos en la zarza. A deber contar en tal juicio las hazañas por las que han sido, las supuestas victimas también, conocidas. El célebre pasado del gobernador de la guaca, deja sus buenas dudas, juntando además sus destrezas de gran apon, se le otorga gran sospecha de haber sido bien pagado, por el agravio a la nuestra democracia.