viernes, 17 de octubre de 2008

Política: A Tres Metros del Suelo


Goliat un guerrero Filisteo de más de 3 metros de alto, cubierto de metal y armado hasta los pies se paró frente a la tribu judía y los desafió durante cuarenta días. Le gritaba todas las tardes y mañanas que el pedía a un guerrero que se le enfrentara y el vencedor haría esclavos a los perdedores. Este mounstro hacia derroche de todos sus poderes y espantaba el corazón de los Judíos. El valor y la confianza en su Dios le dió a David, un niño, la fuerza de convencer en primer lugar a su tribu que lo dejaran pelear. Los judíos lo vistieron con armaduras para darle poder y lo dotaron con armas pesadas de ese tiempo. Con tantas armas imitando a las del enemigo este niño había quedado inmóvil. Hasta que decidió liberarse de todas ellas y pelear a como el lo sabia hacer en el bosque. David terminó cortando la cabeza de quien ostentaba de tanto poder. 

El actual régimen en Nicaragua tiene poco que envidiarle a Goliat. En sus manos están todos los poderes del Estado y avanza en el control de los no estatales. Los golpes de periódico en el suelo sacuden todo lo que esta a sus alcance, propagan leyes y leyendas de terror y muestran los privilegios de los que se puede gozar formando parte de su tribu. La mayoría de los que accidentalmente habitan este país tampoco tienen porque envidiar a David, lo único que les falta es darse cuenta de ello.

Tenia que ser un Cinco de Mayo el día de inicio de una de las demostraciones populares más fuertes en la historia de Nicaragua. La huelga de transportistas del 2008 no solo paralizó, sino que unió a la Nación. Los que no podían sacar sus cosechas, ni irse de visita los fines de semana a sus departamentos, así como los que vendieron menos en esos eternos 12 días de paro, se sintieron parte de esa fuerza popular. La casita de colores templó. Por todos los medios trató el régimen de detener a su manera la huelga de las primeras lluvias y no pudo más que ceder y callar. Armados de demandas judiciales o de solicitudes a las autoridades correspondientes hubiesen estado las verdaderas cooperativas de transporte absolutamente inmovilizadas. 

A los transportistas los movilizo la presión por sobrevivir y al resto el coraje con el que los buseros y taxistas demostraban ser habitantes dignos de un país con muchos años de oler pólvora y formalina.

Los de la casa de colores conocen sus debilidades mejor que nadie. Sumisos a los 12 días de huelga, inofensivos en las reuniones de intensión con el Fondo Monetario Internacional, coquetos para el desembolso del BID y cordiales en las reuniones directas con los donantes del fondo común. Esas son precisamente las armas de David, las que no están bajo el control de Goliat y deberían de estar puesta en el suelo, sin que nadie las toque. A como los que sacaron con mayores dificultades sus sacos de granos y como los que vendieron su queso en borona durante la huelga de Mayo, puede ahora el resto estar dispuesto a tragar menos por los tiempos que dure el corte.

Las marchas y plantones podrían durar más y ser evidencia de Nación para promover el cierre del verdadero abastecimiento con el cual se alimenta el sistema. Que dure, sume y expanda sus exigencias a los que alimentan con créditos lo que tampoco aprueban. Chávez puede dar créditos por causa propia, pero que de los mismos países opuestos a la Dictadura firmen los desembolsos que sostiene realmente al sistema bicolor es al menos absurdo. Los receptores supuestos de los beneficios son los afectados, ¿qué lógica acompaña esta realidad?

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